viernes, 13 de abril de 2012

ORGANIZACIÓN Y ELABORACIÓN DE MENSAJES


El comunicador, luego de concluir la etapa de planeación, debe saber organizar las ideas con que desarrollará el tema seleccionado, así como elaborar las diferentes partes que componen todo el mensaje, desde el principio hasta el final, haciendo las adaptaciones necesarias al contenido del mensaje. De acuerdo con las características de los receptores.
Responder a la pregunta “¿Cómo voy a organizar mi mensaje?” es una de las tareas más operativas del proceso de comunicación, puesto que se tienen que realizar procesos simples y complejos de creación y organización.

La organización comienza con una preparación para ser creativos y generar un tema que sea del gusto y la preferencia del público receptor. Después de seleccionar el tema, se tendrá que especificar la idea central del mismo, que servirá de eje para la elaboración del mensaje.  A la idea central del mensaje se le unirá el propósito del emisor para comunicarse.
En la etapa de elaboración, se bosqueja un esquema de ideas para:
  • ordenarlas
  • visualizarlas
  • generar la introducción
  • y la conclusión.

Ordenar las ideas en un esquema es importante para notar con claridad su secuencia; el formato que se les dé a las ideas sirve para visualizar la jerarquía de las ideas y también las divisiones y subdivisiones del tema.
Esta ordenación de ideas, al elaborarse, debe guardar una coherencia y un equilibrio en la cantidad de información.
Una vez que se ordenaron las ideas, el siguiente paso es el desarrollo verbal de las mismas, a través de material de apoyo que es útil para ayudar a elaborar el mensaje y conformar lo que llamamos “cuerpo del discurso”.
El principio y final de un discurso son partes que deben ser llamativas para los receptores, por lo que existe una diversidad de formas de lograr el propósito de la comunicación. Los esquemas completos en donde se visualizan los discursos son importantes, pues allí se verán la organización parte por parte y la forma en que fue elaborada.
Los materiales visuales elaborados y empleados correctamente pueden convertir a una persona en un comunicador eficiente, al inyectarle más interés al mensaje y aumentar la atención del público.  Entre los tipos de materiales visuales más usados están las proyecciones, los electrónicos y tecnológicos, los que tienen imágenes impresas, los escritos, los objetos, los modelos, las maquetas y los ejemplares.
Como se observa en este capítulo, la comunicación estratégica implica estar consciente de todos los procesos y las etapas que hay que seguir para crear una estructura sólida de ideas, así como una forma agradable y atractiva para el receptor.




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